Fragmentos de textos de Anacreonte (570 - 485 A.C)
¡Por los dioses! ¡Déjame beber!
¡Beber sin interrupción! Quiero enloquecer.
¡Toma tú las armas, yo bebo...!
Muchacho tráeme la copa.
Si he de yacer por tierra,
es mejor que sea embriagado que no muerto.
--------------------------
Canosas ya tengo las sienes
y blanquecina la cabeza,
pasó ya la graciosa juventud,
y tengo los dientes viejos;
del dulce vivir el tiempo
que me queda ya no es mucho.
Por eso sollozo a menudo,
estoy temeroso del Tártaro.
Pues es espantoso el abismo del Hades,
y amargo el abismo de bajada.
Seguro además
que el que ha descendido no vuelve.
--------------
Potrilla tracia, ¿por qué me miras
de reojo, y sin piedad me huyes,
y piensas que no sé nada sabio?
Ten por seguro que a ti muy bien
yo podría echarte el freno,
y con las riendas en la mano
dar vuelta a las lindes del estadio.
Pero ahora paces en los prados
y juegas con ágiles cabriolas,
porque ni tienes un jinete
experto en yeguas.
¡Beber sin interrupción! Quiero enloquecer.
¡Toma tú las armas, yo bebo...!
Muchacho tráeme la copa.
Si he de yacer por tierra,
es mejor que sea embriagado que no muerto.
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Canosas ya tengo las sienes
y blanquecina la cabeza,
pasó ya la graciosa juventud,
y tengo los dientes viejos;
del dulce vivir el tiempo
que me queda ya no es mucho.
Por eso sollozo a menudo,
estoy temeroso del Tártaro.
Pues es espantoso el abismo del Hades,
y amargo el abismo de bajada.
Seguro además
que el que ha descendido no vuelve.
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Potrilla tracia, ¿por qué me miras
de reojo, y sin piedad me huyes,
y piensas que no sé nada sabio?
Ten por seguro que a ti muy bien
yo podría echarte el freno,
y con las riendas en la mano
dar vuelta a las lindes del estadio.
Pero ahora paces en los prados
y juegas con ágiles cabriolas,
porque ni tienes un jinete
experto en yeguas.
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