Nadie Recuerda Mi Nombre (Alex)
Nadie sabe quién soy en este lugar. Nadie sabe que he vivido mucho tiempo, rodeado de tantos y tantos recuerdos, que nunca antes habia puesto por escrito. Pero ahora les voy a contar uno de ellos. Aunque no pueda probar lo que digo, porque quizá muchos de los que estaban presentes, ya están reposando junto a sus antepasados. Les cuento entonces:
Yo era muy joven, apenas tenía poco más de veinte años y me encontraba visitando a unos familiares, que por ese tiempo vivian en Jerusalém. La ciudad estaba bajo la humillante ocupación de los Romanos, aunque algo del poder aún estaba en las manos de las autoridades judias. Era el tiempo de la Pascua y como de costumbre, habia bastante agitación por todos lados, aunque también se sentia algo raro en el aire, como si una gran tormenta estuviera a punto de comenzar.
Recuerdo que ese dia, mientras caminaba por las estrechas y polvorientas calles, me vi empujado, por un montón de gente hasta una calle algo más ancha, donde un grupo de soldados, escoltaba a tres prisioneros, que cargaban grandes maderos en sus hombros.
Me acuerdo especialmente de uno de ellos, que estaba muy ensangrentado y caminaba con tremenda dificultad, mas no se quejaba, cuando los soldados lo golpeaban muchas veces, cada vez que caía al piso. Nuevamente cayó y el soldado, que iba al frente de la partida, lo miró por un momento y entonces, se volvió hacia la muchedumbre.
Yo estaba muy cerca y pude sentir su aliento rancio, cuando me dijo:
- Tu, vén y ayudalo.
Yo no quería moverme, pero como ví que comenzó a sacar su espada, me adelanté para ayudar al herido.
Otras personas levantaron trabajosamente la viga y la coloraron sobre nosotros.
El prisionero me miró fijamente entonces, pero no dijo nada.
Yo era muy joven, apenas tenía poco más de veinte años y me encontraba visitando a unos familiares, que por ese tiempo vivian en Jerusalém. La ciudad estaba bajo la humillante ocupación de los Romanos, aunque algo del poder aún estaba en las manos de las autoridades judias. Era el tiempo de la Pascua y como de costumbre, habia bastante agitación por todos lados, aunque también se sentia algo raro en el aire, como si una gran tormenta estuviera a punto de comenzar.
Recuerdo que ese dia, mientras caminaba por las estrechas y polvorientas calles, me vi empujado, por un montón de gente hasta una calle algo más ancha, donde un grupo de soldados, escoltaba a tres prisioneros, que cargaban grandes maderos en sus hombros.
Me acuerdo especialmente de uno de ellos, que estaba muy ensangrentado y caminaba con tremenda dificultad, mas no se quejaba, cuando los soldados lo golpeaban muchas veces, cada vez que caía al piso. Nuevamente cayó y el soldado, que iba al frente de la partida, lo miró por un momento y entonces, se volvió hacia la muchedumbre.
Yo estaba muy cerca y pude sentir su aliento rancio, cuando me dijo:
- Tu, vén y ayudalo.
Yo no quería moverme, pero como ví que comenzó a sacar su espada, me adelanté para ayudar al herido.
Otras personas levantaron trabajosamente la viga y la coloraron sobre nosotros.
El prisionero me miró fijamente entonces, pero no dijo nada.
0 comentarios